Desde Greenpeace hemos llevado a cabo una valoración ambiental de los programas de los cuatro partidos de ámbito estatal que, según las encuestas electorales, conseguirán escaños en el Congreso y que podrán conformar un gobierno en base a pactos.
En el escenario de urgencia climática en el que nos encontramos no hay tiempo que perder. La ciencia dice que esta década es clave para actuar y apenas nos quedan siete años. La siguiente legislatura por tanto será crucial. Los partidos tienen que presentar políticas ambiciosas que aborden la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad. Presentar políticas que signifiquen un retroceso en esta dirección o directamente negacionistas es una irresponsabilidad que va en contra del bienestar de las personas y el planeta.
Bajo este prisma la valoración ambiental de los programas sitúa a los partidos en dos bloques diferentes. Por un lado están PSOE y Sumar, que proponen medidas con diferente grado de ambición y siempre en la línea de avanzar en la lucha contra el cambio climático, la protección de la diversidad y el refuerzo de las administraciones para garantizar derechos. Y por el otro PP y Vox, con medidas que apuntan en dirección contraria. El PP, sin cuestionar el cambio climático, propone medidas que se quedan cortas en ambición. Medidas que retrasan y flexibilizan los objetivos y calendarios fijados, o que implican claros retrocesos. En el extremo está Vox con medidas negacionistas y de vuelta a escenarios pasados que ya no tienen cabida.
A continuación mostramos un resumen de los programas de los partidos según el cumplimiento de las medidas propuestas por Greenpeace recogidas en el documento de 125 propuestas de Greenpeace para las elecciones generales 2023. El detalle pormenorizado de la valoración se puede leer en el Análisis de Greenpeace de los programas electorales.
SUMAR
El programa de Sumar hace la propuesta más ambiciosa y acorde con la ciencia respecto a la acción climática, acelerando la velocidad y apostando por una transición energética más cercana a la propuesta desde Greenpeace. En esta línea, proponen multitud de medidas detalladas y planes integrales que pueden convertir el país en el líder europeo de la transición teniendo en cuenta la biodiversidad, los territorios y la participación social. Además, es el único programa que contempla limitar los vuelos en distancias cortas que pueden ser fácilmente sustituibles por tren.
Sumar sitúa el medio ambiente en el centro de las políticas económicas y aborda la gestión del agua en clave de emergencia climática. Es el único programa que propone “una moratoria del regadío intensivo y una reducción progresiva del regadío superintensivo” y que apuesta por un cambio de modelo agroalimentario con una apuesta decidida por la agroecología. Además presenta la contratación pública como instrumento vertebrador de un consumo sostenible aunque sin ninguna mención explícita sobre la reducción del consumo de carne que, tal como indican los informes del IPCC, beneficiaría al planeta y a la salud.
Por otro lado, Sumar avanza hacia un modelo económico de bienestar y cuidados, con foco en la transición ecológica, empleos de calidad, medidas de inclusión de pymes y de economía social y garantía de suministros a precios razonables frente a los oligopolios. Su propuesta de fiscalidad verde y justa pretende “cerrar la brecha de ingresos sobre el PIB respecto a la media europea”, y garantizar la inversión pública social y verde.
La candidatura de Yolanda Díaz propone avances completos en igualdad y diversidad, con una política migratoria inclusiva y el refuerzo del espacio cívico y democrático con “la derogación de (…) la «ley mordaza» y el Código Penal en un momento en el que las movilizaciones sociales son importantes para concienciarnos de la emergencia climática”.
PSOE
El programa del PSOE muestra una política continuista con la acción climática y la transición energética, en la línea ya emprendida estos años de gobierno: progreso del desarrollo renovable y el cierre nuclear, con mayor énfasis en la inversión en renovación térmica de edificios y en la movilidad sostenible y saludable.
El Partido Socialista continúa con el liderazgo en la protección y la conservación de bosques y océanos y, al igual que Sumar, propone en la lucha contra los incendios medidas específicas centradas en la prevención. En cuanto a la gestión del agua, apuestan por “impulsar el regadío (moderno y sostenible)” con medidas que se centran únicamente en la mejora de la eficiencia, desalación y aguas regeneradas, pero sin abordar la raíz del problema del agua que es la transformación del sistema agroalimentario.
A nivel económico, el PSOE sigue apostando por la inversión pública para reforzar el estado del bienestar y la transición ecológica. En este aspecto, hay medidas de apoyo a la economía solidaria para “alcanzar el 11 % del PIB en 2030”. Por otro lado, a nivel de fiscalidad verde, la candidatura de Pedro Sánchez plantea avanzar en “una fiscalidad verde bajo la premisa de quien contamina paga”, aunque falta concreción.
En el programa presentado por el PSOE hay también una propuesta de consolidación de derechos, igualdad y libertades. Prevalece el compromiso a aumentar la inversión en defensa, lo que generará una competición de recursos entre la transición ecológica y el complejo militar e industrial.
PP
El programa del Partido Popular deja de lado cualquier tipo de ambición climática y su gran apuesta para la transición son los biocombustibles y las nucleares, ignorando el potencial del autoconsumo y de la democratización de la energía y planteando varias medidas que refuerzan el negocio del oligopolio. Además, su propuesta de una Tarjeta de Movilidad Ciudadana no va acompañada de un plan contra la contaminación.
En el programa del PP hay una ausencia de medidas concretas en protección de la biodiversidad y las medidas dedicadas al sistema agroalimentario son de carácter retardista: proponen la flexibilización del calendario de aplicación del Pacto Verde Europeo y de la estrategia «de la Granja a la Mesa» y tienen una apuesta clara por las macrogranjas y por la pesca industrial. A mayores, en su modelo de gestión del agua señalan únicamente las soluciones técnicas, ya sea para generar regadíos modernos y sostenibles o para cuidar espacios naturales como el de Doñana; no abordando por tanto la raíz del problema del agua, que es la transformación del sistema agroalimentario.
La propuesta económica del PP es continuista del modelo existente e ignora la crisis ambiental. La bajada general de impuestos, en un contexto de consolidación fiscal impuesto por Europa, pondría en riesgo las políticas sociales y de transición ecológica.
A nivel de derechos, la candidatura de Alberto Nuñez Feijoo es revisionista de los avances en igualdad y diversidad, se olvida de la amenaza de las fake news para la democracia y plantea un enfoque de seguridad en la política migratoria y energética a nivel estatal y europeo.
VOX
El programa de VOX se encuadra dentro de la ultraderecha más radical, negando el cambio climático y rechazando por lo tanto cualquier tipo de acción para frenar la emergencia climática o revertir sus impactos. Entre sus propuestas encontramos el abandono del Acuerdo de París, la derogación de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, y el incumplimiento de la normativa europea. Para Vox la transición energética se sustituye por una vuelta al modelo extractivo y de consumo de combustibles fósiles, el alargamiento de vida de viejas centrales térmicas y nucleares y nuevos mini reactores nucleares experimentales.
El programa de Vox utiliza el medio ambiente con un sesgo muy ideológico y con el interés de potenciar la polarización entre el que denominan como “ecologismo radical” y las comunidades locales. Una propuesta que no solo alimenta bulos sino que hace una supuesta defensa del sector primario en la que ignora, por completo, que un sector primario fuerte y con beneficios solo puede existir con una buena gestión y protección ambiental. El de VOX es el único programa que con la falsa idea de que hay agua para todas apuesta por la política de trasvases y la extensión de los regadíos.
La candidatura de Santiago Abascal lanza una cortina de humo de falsa preocupación por la clase media, trabajadora y del campo y receta propuestas ultraliberales de reducción de impuestos y desregulación que favorecen especialmente a las élites económicas y rentistas y que supondrán un enorme retroceso para las condiciones de bienestar del conjunto de la población.
Por último, pero no menos preocupante, la propuesta del partido de ultraderecha VOX de cancelación masiva de derechos y libertades supone una amenaza para la democracia, la estabilidad de la UE y las relaciones con los países vecinos.
Este 23J se decide todo. Vota por lo que más quieras.

Análisis realizado por el Área de Incidencia y Paz de Greenpeace
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