Ola de calor 👉 ola de energía más cara – ES


Alerta roja!… y naranja y amarilla. Así estamos y seguiremos estando en España esta y la próxima semana, previsiblemente, en la segunda ola de calor en lo que va del año, camino a un nuevo récord de máximas (47,4ºC fue la máxima del año pasado). Pero esta ola será mucho peor porque sus tres factores (intensidad, extensión y duración) también están en rojo, lo que tendrá evidentes y graves impactos sobre nuestra salud (problemas mentales, del sistema nervioso y mortalidad), en la agricultura (pérdidas de cultivos), en la ganadería (muerte y estrés físico animal), en nuestros bosques (en riesgo de incendio extremo que ya estamos viendo), en nuestros ecosistemas (deterioro y pérdida), en las reservas de agua (merma o desaparición), y un larguísimo etc. digno de una película de terror.

Y es que por muchas trampas que nos hagamos, vivimos irremediablemente condicionados y dependientes del clima. Un clima que se calienta sin pausa si no detenemos la quema de combustibles fósiles (gas, carbón, petróleo) entre todos, como alerta incansablemente la ciencia desde hace décadas y como ya avisó la publicación específica del IPPC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) el pasado abril con un plan de rescate para la humanidad a la vez que urgía a los gobiernos a actuar ante la falta de progresos para no superar el peligroso aumento de grado y medio (1.5ºC) al que nos dirigimos.

A más calor más energía, un peligroso círculo vicioso

Y claro, a más calor, más aires acondicionados y otros sistemas energéticos para nuestros hogares, empresas e industrias; lo que aumenta nuestra demanda eléctrica. ¿Y cómo lo resuelve el sistema eléctrico? La respuesta inmediata: con más quema de gas en las centrales térmicas de ciclo combinado para generar electricidad, en tanto no haya mayor participación de renovables y flexibilidad de almacenamiento en el sistema (planificadas para el muy largo plazo). Y así tenemos el erróneo y perfecto círculo vicioso: a más calor usamos más combustibles fósiles para enfriarnos, que a su vez generan más calentamiento global, más calor y vuelta a empezar.

Un sinsentido y una vergüenza si ponemos sobre la mesa el abundante recurso solar, gratuito e infinito que baña nuestro país y que nos debería haber permitido ya ser independientes y autosuficientes energéticamente a través de nuestros variados recursos renovables y el mejor motor de todos: las personas. Porque ahí reside la clave: el sistema se olvida de las personas.

Datos: la cuota de gas en nuestro mix eléctrico de Junio fue de 27%, 10 ptos más que el año 2021, superando la producción eólica y solar. Mientras, las emisiones de co2 aumentaron el año pasado en España más que la media europea.

Cóctel perfecto 👉 precios desorbitados

Completa esta película de terror climático que estamos viviendo la crisis energética en la que estamos inmersos y el disfuncional sistema de precios desenmascarado claramente por la guerra de Ucrania. Y así llegamos al cóctel perfecto: ola de calor + encarecimiento/especulación del gas = precios desorbitados de electricidad, que pagamos los de siempre (el que se lo pueda permitir claro está, porque el calor, como el frío nos convierte en vulnerables energéticos a muchos mientras no tratemos la energía como un derecho y no un producto de lujo); y que producen más emisiones al planeta. Un claro retroceso para los objetivos climáticos y la urgente transición energética.

Hoy miércoles 13 de julio por ejemplo la electricidad alcanzará un precio medio de 159,45 euros por megavatio hora (MWh), y esto descontando la medida de la “excepción ibérica” para topar el precio del gas, sin la que el precio habría sido 156,31 €/MWh más cara, haciendo un total de 315,76 euros/MWh 😱. Como referencia, hace un año pagabamos la electricidad a 96,21 €/MWh, que si ya era obsceno, era un 329 % menos que hoy.

Precios inaceptables que no nos deben ocultar la realidad: mientras dependamos de energías caras y contaminantes (como el gas o, hasta hace poco, el carbón) o caras y peligrosas (como la nuclear), la electricidad no dejará de subir de precio.

Así que ¿qué hacemos?

Ante un contexto tan duro y tan incomprensible como decepcionante sólo podemos reactivarnos y luchar porque la oportunidad es única e irrenunciable. Basta recordar nuestros mejores valores (nuestra privilegiada radiación solar y nuestra gente). Y por eso la respuesta tiene que ser clara: ¡REACCIONEMOS TODOS!

Porque paradójicamente, el mismo sol que nos abrasa es el que nos ofrece la solución: con el sol (de forma directa o indirecta, a través del viento) podemos satisfacer ya casi todas nuestras necesidades energéticas. Pero no podemos aceptar que el gobierno descargue su responsabilidad en la gente. Las personas podemos y debemos ser parte de la solución, pero nos lo tienen que poner fácil y asequible a todos.

 

⭐Sigamos exigiendo que la transición energética se haga de manera más rápida y profunda, respetuosa con la biodiversidad, el territorio y las personas, para que sus beneficios lleguen a toda la sociedad.

 

Y mientras, aprovechemos las herramientas que ya podemos activar, como por ejemplo: evitar pagar de más (revisar nuestra factura, incluida la potencia contratada), evitar consumos innecesarios (eficiencia energética), trasladarlos a las horas de más sol o menor coste (gestión de la demanda) y producir nuestra propia energía renovable (autoconsumo). Tengas tejado propio o no, descubre la opción que mejor se ajuste a ti.

Vivimos contra reloj y esta nueva ola de calor es solo una oreja más del lobo.

Y tú, ¿te animas a hacer tu parte del cambio?

 

Escrito por María Prado, Responsable de Campaña Energía Ciudadana



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