La sequía que nos espera y no solo en el Guadalquivir – ES


En pleno desarrollo de la cumbre del clima de Glasgow, donde la comunidad científica urge a tomar medidas contra el cambio climático y sus consecuencias, en España sufrimos directamente sus efectos. El presidente de la cuenca del río Guadalquivir ha tenido que declarar la situación excepcional por sequía extraordinaria

 

Sus reservas de agua embalsada apenas llegan al 26%, consecuencia directa de la falta de precipitaciones (con un 17% menos de precipitación acumulada). Pero también debido a la pésima gestión que del recurso agua se ha venido haciendo. Se han regado las casi 900.000 hectáreas, que tiene oficialmente la cuenca, como si no hubiera un mañana. Como si pudiéramos vivir de un crédito con el agua. Y esto no es posible y lo será aún menos en las próximas décadas por el cambio climático.

Embalse del Castro de las Cogotas
©Greenpeace/Pedro Armestre

No solo se verá afectado el campo y los cultivos por la sequía, la previsión es que habrá que restringir el uso de agua a 4,3 millones de personas, y establecer ahorro hídrico a 554 municipios en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, nada menos. Es especialmente preocupante la situación en El Campo de Gibraltar, declarado en situación de “sequía excepcional severa”.

Sin embargo, lo más grave es que el resto de cuencas hidrográficas del país tampoco están bien. La media de reservas de agua superficiales ronda el 39%, algo por debajo a las que teníamos en 2019, último año de sequía relevante.

Embalse Barrios de Luna. Barrios de Luna, León. España.
©Greenpeace Handout/Pedro

Cuencas como la del Duero, cuentan ya con varias subcuencas en sequía (Tera, Órbigo, Esla, Carrión, Pisuerga, Arlanza y Tormes). En el caso de la cuenca del Guadiana también con problemas hay graves problemas, especialmente en su tramo medio. Incluso algunas zonas de Catalunya están ya con problemas, con 22 municipios afectados con algún tipo de restricciones en el uso del agua.

Estamos a tiempo de actuar, planificar mejor nuestra gestión de un recurso imprescindible para la vida de todos los seres vivos del planeta, como es el agua. El agua es por su falta y escasez (y también por su caída torrencial) el primer elemento que provocará problemas, catástrofes y conflictos a escala mundial, fruto del calentamiento global. Por eso la urgencia de cambiar nuestro modelo energético y productivo hacia otro que logre frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y que nos pueda seguir surtiendo de agua en cantidad y calidad suficientes en el futuro.

 



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