El impacto ambiental del transporte sobre la economía de los países – Blog sobre medio ambiente y ecología


Hace un par de meses publicamos un post sobre la incidencia de la movilidad en las cuentas de las familias, pero puestos a echar cuentas en esta época en la que nos fijamos tanto en los grandes indicadores macroeconómicos vamos a plantear de forma similar la incidencia de los impactos ambientales del transporte en las cuentas económicas nacionales que tanto nos influyen en nuestra economía personal y familiar.

La movilidad cotidiana dependiente del automóvil de gasoil y gasolina, genera en países como los europeos una dependencia del petróleo que nos hace comprar fuera de nuestros Estados la energía necesaria para movernos.

[ad#ad-1]Por tanto, el simple ahorro energético con vehículos y transportes (automóviles de menores emisiones, trenes, metros o autobuses) más eficientes o el consumo de fuentes renovables (transportes eléctricos, biocombustibles, etc.) produce que los recursos económicos no vayan a la compra de energía, sino a otros sectores como la tecnología o que puedan ahorrarse y revertirse en otras actividades.

Estudios recientes del sector destacan como muchos medios de transporte público permiten crear empleo directo a la vez que reducen el consumo energético, no solo en el ámbito de viajeros sino que también en la logística y el transporte de mercancías.

Otro de los aspectos positivos en términos ambientales y también económicos es la reducción de la contaminación y de otros impactos ambientales que generan una serie de costes que pagan todos los ciudadanos, estos costes conocidos como costes externos o externalidades del transporte rondan en la actualidad el 6% del PIB de la Unión Europea según algunos estudios en la materia, habiendo una diferencia de costes de hasta 6 veces entre medios más contaminantes como el automóvil o el avión y otros más sostenibles como el autobús, el metro o el tren.

La reducción de los efectos de esos impactos obligan a los gobiernos y a los ciudadanos a paliarlos, un buen ejemplo son las compra ventas de derechos de emisión de CO2. Una reciente petición de firmas que circula por Internet pone el punto sobre como las emisiones de las aerolíneas obligan a los Estados a invertir en la lucha contra el cambio climático.

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Por estos motivos, decisiones cotidianas como coger el transporte público o ir en bicicleta frente al uso del coche provocan no solo un ahorro particular sino efectos positivos para toda la sociedad como son la creación de empleo, un menor gasto en la lucha contra la contaminación, el desarrollo de tecnologías renovables o una menor factura energética nacional que sirven para mejorar los ingresos de las Administraciones Públicas. Con estas decisiones cotidianas conseguimos conciliar dos de los mayores retos planteados en la reciente Cumbre del Foro Económico Mundial de Davos como son salir de la crisis y luchar contra el cambio climático.

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